Nadie te va a ayudar, ni antes, ni durante, ni después.
Balazo al cabronazo, machete al machote, patadas y rasguños, escúpele todas las
groserías que te sepas, golpea puertas, golpea coches hasta que suene la
alarma. Huye de esa relación violenta al primer indicio de maltratos, ¡tu no lo
vas educar, mucho menos a cambiar!, no somos las salvadoras de nadie, no
venimos a este mundo a cambiarlos, a intentar que nos quieran, a cumplir
expectativas de nadie, aviéntate del taxi si el cabrón no quiere parar, abre las
puertas, ponte como loca, hazte la loca ¡es su vida o la nuestra!... encájale
en el ojo el lápiz labial, el delineador de ojos, la pluma vic, rocíale perfume
en los ojos…
La ultima vez que recibí un ataque me dijeron: ¡Por eso los
matan!... Seguí al sujeto hasta donde
había estacionado su coche y en el trayecto le reclamaba, ¡repite lo que me
dijiste!... le pregunte que si sabía que estaba diciendo? Si tenia la
mínima idea de que significaban sus palabras?… Entramos al estacionamiento y
seguía gritando como loca, reclamando, sólo tenia mis manos, mi rabia y rompí
esa barrera casi impenetrable y lo toque, lo señale como quien señala a un
asesino, grite para que sus amigos y la gente del estacionamiento me escuchará,
para que a ese sujeto “valiente” no se le olvidará mi cara, ni mi palabras. Parece
ser que ni él, ni su amigo y menos su amiga, saben de las cifras en este país,
de cuantas mujeres mueren diario, de cuantos maricas somos presa de sus
chistes, de sus burlas, de su odio, de cuantas mujeres trans mueren, de cuantas
lesbianas son acosadas…
Quería en ese momento tener una pistola, una piedra, una
botella, para estamparla en su cara, no otra vez me decía por dentro, no voy a
tolerar una vez más que me insulten, esta vez no me voy a dejar y no es sólo
por mí, si no por todes… La satisfacción que me dio fue que sus amigos lo
metieron en su coche, habrán pensado, ¡¡¡metete mejor no sabes que te hará este
maricón loco!!!...
Seguí mi camino y lloré lágrimas de rabia, no entendía, mis
cuentas no me salían je… mi cuerpo todo pequeño y flacucho temblaba, pero era
ese temblor de rabia y satisfacción, de nervios, de alegría… Insisto no era sólo
por mi, estoy seguro que ese sujeto se la va a pensar dos veces antes de insultar a alguien, al menos eso quiero creer, eso me dio mucha seguridad nuevamente :D